

"Cuando integramos nuevas formas de vivir y aprender, creamos nuevas maneras de acompañar el cambio en la educación, la familia y la comunidad".
El Dispositivo Integrativo es un sistema holístico diseñado para acompañar procesos de cambio y transformación en los ámbito de la Educación y del Desarrollo Personal.
Integra lo pedagógico y lo terapéutico para generar transformación real, tanto a nivel individual como colectivo.
No se trata solo de aprender nuevas técnicas, sino de integrarlas para que la experiencia se convierta en un motor de cambio auténtico y sostenible.
Las 4 Dimensiones
Toda transformación ocurre en varios niveles interconectados. Por eso, el Dispositivo Integrativo se estructura en cuatro dimensiones fundamentales, que actúan como raíces del proceso:
CUERPO
Dimensión física. El vehículo y la base material de la experiencia, donde se expresa lo vivido. Trabajar con el cuerpo permite desbloquear, anclar y vitalizar.
EMOCIONES
Dimensión sensible. El sentir como guía del proceso. Aprender a reconocer y gestionar las emociones con conciencia, conectando con lo sutil que atraviesa la experiencia.
RELACIONES
Dimensión vincular. El otro como espejo. Los vínculos reflejan las dinámicas internas y ofrecen un campo fértil para la transformación.
PRESENCIA
Dimensión consciente. La base que sostiene todo el proceso, la capacidad de estar, habitar el presente y sostener con atención y conciencia lo que sucede.
Herramientas de Transformación
Cada dimensión se trabaja con recursos y herramientas especificas que se combinan de forma estratégica para acompañar los procesos de manera personalizada:
Prácticas energéticas de yoga, danza y respiración consciente.
Terapia floral con Flores de Bach.
Arquetipos astrológicos y trabajo con el árbol genealógico.
Técnicas de meditación, visualización y relajación profunda.
Las 3 Fases: el método RADICE
Para aplicar este enfoque en la vida cotidiana el Dispositivo Integrativo propone un proceso estructurado de transformación basado en tres fases que responden a los ritmos del ciclo vital:
1. ABRIR ESPACIO: Reconocer y Aceptar
El inicio del proceso. Dar lugar a lo que está presente, mirar con honestidad y abrir espacio interno para que emerja lo que pulsa.
2. INMERSIÓN PROFUNDA: Descomponer e Integrar
El tránsito. Encontrarse con lo que duele y limita, revisar y descomponer lo viejo, reconocer los aprendizajes ocultos para integrar lo nuevo con claridad.
3. HABITAR EL CAMBIO: Cultivar y Expandir
La transformación. Arraigar lo integrado, cultivar nuevos hábitos, sostener el cambio en la vida cotidiana y expandirlo hacia el entorno.
Los 2 Pilares
Para que la transformación sea auténtica y sostenible, se necesita un marco que la sostenga. El Dispositivo Integrativo se apoya en dos pilares esenciales:
ESPACIO SEGURO
Un entorno de contención, cuidado y escucha profunda. Sin juicio ni exigencias, donde cada persona pueda mostrarse tal cual es.
TIEMPO DE INTEGRACIÓN
Todo cambio verdadero necesita tiempo. Honrar los ritmos propios permite que la transformación se asiente, se encarne y florezca.
Un principio: el Compost Vital
En el corazón del Dispositivo Integrativo habita un principio esencial:
Todo lo vivido puede convertirse en abono.
Incluso las vivencias más difíciles contienen un potencial de transformación.
Lo que duele, incomoda o desafía, puede ser transmutado en crecimiento, si sabemos cómo nutrirnos de esa experiencia.
No se trata de evitar o rechazar una situación, sino de aprender a convertirla en recurso.
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